La reputación corporativa es un concepto amplio y complejo que abarca la percepción que tienen los stakeholders de una empresa. Esta percepción se construye con base en los comportamientos de la empresa en diferentes ámbitos, tales como el compromiso social, la responsabilidad ambiental, la calidad de los productos o servicios, la gestión de crisis, entre otros. En este blogpost, profundizaré en el concepto de reputación corporativa, la diferencia entre la imagen y la reputación corporativa, y su importancia en la gestión empresarial.

La reputación corporativa es un activo intangible de la empresa que se construye a lo largo del tiempo a través de la experiencia de los diferentes stakeholders con la organización. Según Freeman (1984), los stakeholders son aquellos individuos o grupos que pueden afectar o son afectados por la empresa. La reputación corporativa está influenciada por la percepción que tienen los stakeholders sobre la empresa, su compromiso social y su capacidad para cumplir con sus promesas. La reputación es una construcción social que se basa en la evaluación de los stakeholders sobre los comportamientos de la empresa.

Reputación vs. imagen

La reputación corporativa es diferente a la imagen corporativa. La imagen se refiere a la percepción que los stakeholders tienen de la empresa en un momento determinado, mientras que la reputación es la percepción acumulada a lo largo del tiempo. Es decir, la imagen corporativa es la impresión momentánea que se tiene de la empresa, mientras que la reputación corporativa es la evaluación que se hace sobre la trayectoria de la empresa. La imagen puede cambiar rápidamente, mientras que la reputación se construye a largo plazo y es más difícil de cambiar. 

En este sentido, la gestión de la reputación corporativa se enfoca en mantener y mejorar la imagen de la empresa a largo plazo, a través de una gestión eficaz de sus relaciones con los stakeholders. Es decir, se trata de construir una percepción positiva de la empresa con base en su comportamiento y desempeño en diferentes ámbitos, como la responsabilidad social, la calidad de los productos y servicios, la innovación, la gestión de la empresa, entre otros aspectos.

Qué dicen los expertos

Uno de los autores que más ha investigado sobre la reputación corporativa es Charles Fombrun. En su libro «Reputation: Realizing Value from the Corporate Image» (1996), Fombrun define la reputación como «el conjunto de percepciones que se tiene de una empresa en comparación con otras empresas en el mismo sector». La reputación se basa en la evaluación de los stakeholders sobre diferentes dimensiones de la empresa, como la calidad de los productos o servicios, la ética empresarial, la innovación, la responsabilidad social, la gestión de crisis, entre otros. 

Fombrun, ha desarrollado una metodología llamada el Reputation Quotient (RQ) que mide la percepción de la reputación de una empresa a través de diferentes dimensiones, como la calidad de los productos y servicios, la innovación, la responsabilidad social, la gestión de la empresa, entre otros aspectos. Según el especialista, la reputación se construye a lo largo del tiempo a través de la gestión de todas las interacciones que tiene la empresa con sus stakeholders.

La reputación corporativa es un activo intangible que puede generar ventajas competitivas para la empresa. Según Barney (1991), las ventajas competitivas de la empresa se basan en sus recursos y capacidades, y la reputación corporativa puede ser considerada como un recurso valioso y raro, ya que no todas las empresas cuentan con una reputación sólida y positiva. Una reputación sólida y positiva puede generar beneficios como la fidelidad de los clientes, el compromiso de los empleados, la confianza de los inversores y el apoyo de la comunidad.

Por otro lado, una mala reputación corporativa puede generar perjuicios para la empresa. Según Dowling (2001), la reputación corporativa puede afectar a diferentes stakeholders de la empresa, como los clientes, los empleados, los inversores, los proveedores y la comunidad. Una mala reputación puede generar la pérdida de clientes, la falta de compromiso de los empleados, la desconfianza de los inversores, el rechazo de los proveedores y la falta de apoyo de la comunidad.

En resumen, la reputación corporativa es un aspecto fundamental en la gestión de una empresa, ya que permite construir una percepción positiva de la misma a largo plazo. Para lograr una buena reputación es necesario una gestión efectiva de la comunicación y de las relaciones con los diferentes stakeholders, y un compromiso firme con la responsabilidad social y el desempeño empresarial. Es importante tener en cuenta que la reputación no se construye de la noche a la mañana, sino que se construye a lo largo del tiempo a través de una gestión efectiva de las relaciones con los diferentes públicos.

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