La sabiduría de Sócrates aplicada a la comunicación corporativa

Vivimos en una era digital e interconectada, en la que marcas y empresas compiten por ofrecer el mejor producto o servicio y también por ganarse la atención y confianza del público. En este contexto, la comunicación es más relevante que nunca, pero también es un arma de doble filo: una declaración errónea o mal gestionada puede volverse viral y desatar una crisis de reputación en minutos.

Aquí es donde los Tres filtros de Sócrates cobran un valor especial. Lo que originalmente fue un principio filosófico, hoy lo podemos enfocar como una estrategia clave para evitar crisis innecesarias, mejorar la percepción pública y fortalecer la credibilidad de cualquier empresa.

La historia de los tres filtros de Sócrates

Sócrates (470-399 a.C.) fue un filósofo griego nacido en Atenas, considerado uno de los fundadores de la filosofía occidental. Aunque no dejó escritos propios, su pensamiento y método de enseñanza han sido transmitidos principalmente a través de los diálogos de su discípulo Platón. Sócrates se destacó por su enfoque en la ética y la búsqueda de la verdad mediante el cuestionamiento constante, técnica conocida como la “mayéutica” o método socrático. A pesar de su influencia, fue condenado a muerte bajo cargos de corromper a la juventud y de introducir nuevos dioses, siendo obligado a ingerir cicuta en el año 399 a.C.

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Cuenta la leyenda que un día un discípulo se acercó a Sócrates con la intención de contarle un rumor sobre uno de sus amigos. Antes de que pudiera hablar, Sócrates lo detuvo y le preguntó:

  • Antes de que me cuentes algo, dime: ¿has hecho pasar esta información por los tres filtros?
  • ¿Cuáles son los tres filtros? —preguntó el discípulo.
  • El primer filtro es la Veracidad. ¿Estás seguro de que lo que me vas a decir es cierto?
    El discípulo se quedó pensativo y respondió: “No, lo escuché por ahí.”
  • El segundo filtro es la Bondad. ¿Lo que me vas a contar es algo positivo o constructivo?
    El discípulo bajó la mirada. “No, en realidad es algo negativo.”
  • Y el tercer filtro es la Utilidad. ¿Lo que me vas a decir me servirá de algo?
    El discípulo dudó y respondió: “No lo creo.”

Cuando el discípulo se dio cuenta de que no podía responder afirmativamente a ninguna de estas preguntas, Sócrates concluyó: “Si no es cierto, ni bueno, ni útil, ¿por qué habría de interesarme?”

Creo que este principio, aplicado al mundo de la comunicación empresarial, nos puede regalar una guía clara para gestionar los mensajes que una marca debe transmitir a su audiencia.

Aplicando los tres filtros en las Relaciones Públicas

Las relaciones públicas tienen como objetivo construir y gestionar la reputación de una empresa entre sus grupos de interés. Para ello, cada mensaje que se difunde debe ser cuidadosamente analizado bajo estos tres filtros:

Primer filtro – Veracidad: ¿Es cierto lo que estamos comunicando?

Sabemos que la credibilidad de una marca no se construye de la noche a la mañana, pero sí puede perderse en un instante si se descubre que ha difundido información falsa o engañosa. En el mundo digital, donde todo queda registrado, una mentira o exageración puede dañar irreversiblemente la reputación de una empresa o persona.

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Ejemplo: Empresas que inflan sus credenciales ambientales sin respaldo real, lo que se conoce como greenwashing. Cuando los consumidores descubren que una compañía no es tan sostenible como afirma, el daño a la reputación es inmediato.

Cómo aplicarlo en PR: Antes de lanzar cualquier mensaje, validar los datos con fuentes confiables. Si en una crisis no se tiene toda la información, es mejor admitirlo y comprometerse a brindar actualizaciones oportunas.

Segundo filtro – Bondad: ¿Este mensaje contribuye a algo positivo?

El mundo no es un cuento de hadas y tampoco se trata de que las empresas solo comuniquen noticias positivas, sino de que su discurso aporte valor en lugar de fomentar la polarización, el amarillismo o el desprestigio.

Ejemplo: Una empresa o persona que ataca a sus competidores en su comunicación, en lugar de enfocarse en destacar sus propios valores, genera rechazo en el público.

Cómo aplicarlo en PR: En crisis de reputación, en vez de negar, minimizar o trasladar la responsabilidad del problema, las marcas deben enfocarse en las soluciones. La clave está en comunicar con responsabilidad y empatía.

Tercer filtro – Utilidad: ¿Es relevante para la audiencia? 

Muchas marcas pueden comunicar por inercia, sin preguntarse si su mensaje realmente le interesa o le aporta algo a su público. La saturación de contenido irrelevante hace que el mensaje corporativo se pierda entre el ruido digital.

Ejemplo: Las típicas publicaciones genéricas en redes sociales sobre fechas conmemorativas sin un mensaje real detrás. Un “Feliz Día del Medio Ambiente” sin acciones concretas de sostenibilidad es solo una oportunidad perdida.

Cómo aplicarlo en PR: Antes de publicar algo, preguntarse: ¿Este contenido informa, inspira o resuelve un problema de nuestra audiencia? Si la respuesta es no, mejor replantearlo.

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Implementando los tres filtros de Sócrates en una estrategia de comunicación corporativa 

Saber aplicar los tres filtros de Sócrates en la comunicación de una empresa ayuda a evitar problemas y mejora la percepción de la marca. Aquí algunos consejos clave:

  • Notas de prensa con propósito: Antes de lanzar un comunicado o cualquier otro formato periodístico con fines corporativos, asegurarse de que sea relevante, veraz y aporte valor.
  • Capacitación de voceros: Los portavoces de la empresa deben aplicar estos filtros en sus declaraciones para evitar respuestas impulsivas que puedan ser malinterpretadas. Una formación para voceros o Media Training dejó de ser un nice to have y ahora es imprescindible en cualquier estrategia de comunicación. 
  • Gestión de crisis con transparencia: En momentos de crisis, es preferible admitir lo que no se sabe y comprometerse a actualizar la información, en lugar de lanzar mensajes apresurados.
  • Contenido de valor en redes sociales: En un mundo de infoxicado, solo los mensajes realmente útiles generan engagement.
  • Evaluación de campañas de comunicación: Antes de lanzar una campaña, preguntarse si cumple con los tres filtros. Si no pasa la prueba, es momento de reformular el enfoque.

Comunicar con inteligencia y responsabilidad

El escrutinio público al que se enfrentan las marcas hoy en día es más intenso que nunca. Cada palabra cuenta. Un mensaje mal gestionado puede convertirse en un problema de reputación, mientras que una comunicación responsable y alineada con los tres filtros de Sócrates puede fortalecer la confianza y construir relaciones duraderas.

Vivimos en un mundo donde las noticias vuelan, y lo importante no es hablar más, sino comunicarnos mejor.

¿Has pensado que tu marca o empresa puede aplicar estos filtros en su estrategia de PR? Si la respuesta es sí y quieres asegurarte de que cada mensaje refuerce su reputación a través de una comunicación verdadera, que aporta valor y es coherente, conversemos